https://doi.org/10.25058/20112742.n39.01

Yilver Mosquera-Vallejo
https://orcid.org/0000-0001-9262-9081
yamosquera@uc.cl
Pontificia Universidad Católica de Chile

A raíz del giro espacial, las categorías y metáforas para pensar la espacialidad, -—a mayoría de ellas provenientes de la geografía humana—, han sido objeto de notable interés por parte de académicos de las ciencias humanas y sociales. La escala, es una de las materias y conceptos fundamentales que constituyen a la geografía humana. La escala ofrece un léxico y una realidad discursiva compleja, porosa, y poderosa que conduce a que la escala no pueda ser tratada solamente como una dimensión de la espacialidad (Jonas, 1994). El debate sobre escala se ha dado principalmente en el mundo anglosajón, de ahí que, algunas de las problemáticas asociadas a la cuestión escalar, estén elaboradas desde encuadres analíticos que van desde el marxismo hasta la ontología plana. En el primero, se encuentra el trabajo pionero de Neil Smith, quien planteó que la escala surge con la producción del espacio en el capitalismo y de las discontinuas y contradictorias características del capital (Smith, 2020). A partir de estas nociones materialistas de la escala surgieron toda una serie de trabajos en la década de los noventa cuyo propósito central consistió en argumentar, a partir de diferentes conceptualizaciones y metáforas que la escala es una construcción social (Marston, 2000).