DOI: https://doi.org/10.25058/20112742.167

Ulrich Oslender
uoslende@fiu.edu
Florida International University, USA

Resumen:

La investigación participativa ha vuelto a la agenda por estos días. Sin duda en la academia convencional ha cobrado mayor aceptación que por allá en la década de 1970, cuando Orlando Fals Borda y otros desarrollaron lo que se dio a conocer como investigación-Acción Participativa (iAP). los consejos de investigación muestran cada vez mayor interés en financiar propuestas de investigación en colaboración, al parecer deseosos de escuchar y aprender de las experiencias de grupos subalternos. lo sorprendente quizás es que muchas de estas investigaciones se reinventan hoy sin referencia siquiera al trabajo pionero de Fals Borda y otros. Otra carencia en los debates metodológicos se refiere a la falta de enfrentar abiertamente problemas de fracaso, decepción o frustración que el académico-activista pueda haber experimentado en el trabajo de campo. En este artículo, quisiera reflexionar sobre una experiencia de investigación en colaboración en la que participé y considerar de manera crítica aquellas situaciones que generaron alguna decepción personal, mostrando así las limitaciones en el campo de la investigación participativa. Hasta ahora me he abstenido de escribir sobre esto, pues plantea problemas éticos significativos en la posible identificación de sujetos de investigación, que hacen parte de esta historia. Sin embargo, creo que es solo mediante el examen crítico y abordando los fracasos y las frustraciones de las agendas de investigación en colaboración que pueden evitarse tales disgustos en el futuro. Cómo escribir sobre estos fracasos es una cuestión que no se responde fácilmente.

Palabras clave: metodología, investigación acción participativa (IAP), Fals Borda, Afro-colombia, comunidades negras, Guapi, movimientos sociales, tradición oral, décimas, azar, geopolítica, geografía política.