DOI: https://doi.org/10.25058/20112742.315

Joaquín Molano Barrero
jmolanob@hotmail.com
Universidad Nacional de Colombia

Resumen:

La institucionalidad de la ciencia está ligada a nuestra dependencia y nuestra miseria. Tiene su proyección en la investigación, la docencia, el control geopolítico, y la expropiación de nuestros recursos. Se analizan las ciencias sociales en relación con las demás disciplinas y saberes, tomando como elemento de convergencia la dimensión humana. La reflexión sugiere ideas para abordar la naturaleza de lo humano en relación con los otros y con lo otro. Invita a pensar la vida personal y colectiva desde las instancias profundas de la sabiduría y la espiritualidad. Esta intencionalidad surge debido a las dificultades que han padecido las ciencias sociales dentro del paradigma científico de la modernidad. No vale la pena continuar inscribiendo el saber social en el marco de la formalización de la ciencia. Ello ha demandado costos muy altos como la pérdida de la ancestralidad, la identidad y la construcción de escenarios de vida y libertad. La ciencia ha cerrado el horizonte de lo social, ha fragmentado los saberes y ha proyectado un vacío de humanidad. Las humanidades convocan a la ciencia y a las ciencias sociales a crear nuevas realidades e imaginarios de lo social, con una actitud crítica y con valores esenciales. Lo social es imprescindible en la educación y hace parte del compromiso de toda acción pedagógica, consistente en asumir conscientemente la vida para crear entre nosotros una existencia con sentido de pertenencia y de humanidad. Imposible crecer sin una buena dosis de justicia, de sabiduría, de alimento (amor) y de autoconocimiento.

Palabras clave: ciencias sociales, dimensión humana, saberes, educación, sabiduría, formación, ciencia.