https://doi.org/10.25058/20112742.n56.04
Paula Satizábal
María de Lourdes Melo Zurita
Resumen:
Los territorios son espacios políticos y vividos, representados colectivamente a través de prácticas cotidianas pasadas y presentes e interacciones entre humanos y no humanos. Los movimientos indígenas y feministas en Abya Yala (América Latina) llaman al entendimiento plural de los territorios, los cuerpos y la tierra, como inseparables y coconstituidos —territorio-cuerpo-tierra—. Basadas en esta relacionalidad analizamos los terremotos del 19 de septiembre de 1985 y de 2017 en México, los cuales transformaron radicalmente la vida de miles de personas, en particular aquéllas con trabajos precarizados. A partir de entrevistas en profundidad realizadas con las activistas participantes en las brigadas de respuesta a desastres, nos centramos en las experiencias de las integrantes de la Brigada Feminista, quienes metafórica y físicamente sostuvieron —y lo siguen haciendo— los cuerpos de mujeres marginalizadas, interrumpiendo la configuración de territorios de violencia para reclamar el acceso a los espacios y a la justicia. Esta brigada se movilizó para proteger los cuerpos de las mujeres no solo de los impactos del terremoto, sino también de la violencia capitalista y patriarcal. Surge aquí, la «sororidad», como una forma de acto colectivo, una práctica territorial de unirse para resistir las violencias de género y la opresión, y luchar por la supervivencia y expansión de territorios más habitables y seguros para las mujeres. Sostenemos que es necesaria una política relacional del lugar en la academia, que cuestione la separación de los territorios, los cuerpos y los desastres para escuchar, aprender y abrir espacios para las propuestas territoriales contrahegemónicas.
Palabras clave: sororidad, territorio, geopolítica feminista, desastres, México.





