DOI: https://doi.org/10.25058/20112742.n36.05

Mónica Martínez Mauri
https://orcid.org/0000-0003-1857-1146
Universitat de Barcelona, España
martinezmauri@ub.edu

Resumen:

Las relaciones que se establecen entre colectivos humanos y vegetales ha sido un aspecto poco explorado por la etnografía del área istmo-colombiana. En este artículo, a partir de una experiencia etnográfica de más de veinte años entre los gunas de Panamá, se analizan los modos de relación entre humanos, árboles y seres subjetivizados que provienen de éstos últimos, los llamados nudsugana: tallas antropomorfas y zoomorfas de madera que albergan vida. Después de explicitar que el caso de estudio será analizado desde una perspectiva ontológica, se describen tres elementos: a) el lugar que ocupan los árboles en la creación del mundo guna, b) su función en los procesos de curación y c) la co-residencia de los nudsugana. En las conclusiones se analizan las relaciones de interdependencia entre humanos y árboles, mostrando que sus vidas, a pesar de estar entrelazadas, obedecen a lógicas de sujeción y se enmarcan en una simbiosis jerárquica. 

Palabras clave: humanidad, árboles, Gunayala, ontología, intercambio, co-residencia con no humanos.