DOI: https://doi.org/10.25058/20112742.n33.03

Lilian Paola Ovalle
Orcid ID: orcid.org/0000-0002-9623-4551
Universidad Autónoma de Baja California, Ensenada, México
paola.ovalle@uabc.edu.mx

Alfonso Díaz Tovar
Orcid ID: orcid.org/0000-0001-5989-975X
Universidad Nacional Autónoma de México
alfonsodiazt@gmail.com

Lourdes Angulo
Fundación Verter A.C. Mexicali, México
langulo@verter.org.mx

Resumen:

Este artículo es el resultado de un extenso trabajo etnográfico y de acompañamiento a mujeres usuarias de drogas inyectables (MUDI) en la ciudad fronteriza de Mexicali, Baja California. La reflexión teórica sobre las brutalidades físicas y psicológicas de las fronteras contemporáneas se sitúa en la presentación de un caso concreto: el de Marisol, ofreciendo datos etnográficos que permitan al lector sentir y reflexionar sobre dichas fronteras e intuir la forma en que éstas aplastan e inmovilizan a los eslabones más vulnerables de nuestra socialidad. El caso de Marisol no es para nada un caso aislado, es una narrativa que se repite en la que se hacen evidentes las formas simbólicas, materiales y cotidianas de los complejos militares y carcelarios en los lugares donde menos daño se debería infringir: las instituciones de cuidados por las que transitan estas mujeres. Este artículo se divide en tres apartados: 1) Volver a ser madre. La ilusión de una oportunidad, 2) Dar a luz. Abrazar la oscuridad, 3) Una bebé en resguardo y las opciones para recuperarla. En cada uno de éstos se narran y articulan los obstáculos, arbitrariedades y brutalidades que enfrenta Marisol en su experiencia como madre-usuaria. Al mismo tiempo se establecen los puentes entre su experiencia personal con los elementos macro que permiten visibilizar a estas madres, mujeres usuarias de drogas inyectables y sus hijos como víctimas de la actual política de drogas y del «complejo industrial fronterizo».

Palabras clave: maternidad, drogas inyectables, frontera, brutalidad.