DOI: https://doi.org/10.25058/20112742.n32.07

Felipe Vander Velden
Orcid ID: orcid.org/0000-0002-5684-1250
Universidade Federal de São Carlos, Brasil
felipevelden@yahoo.com.br

Resumen:

En este artículo se discute una de las bases que sostienen el tráfico de animales silvestres: la idea de que esos seres bellos y raros son como adornos, joyas y piedras preciosas. Esta comparación parece sostenida por un «hábito cultural» que explica los movimientos ilegales de la fauna: la noción de que los animales adornan casas y patios. En este sentido, esos seres, sacados de la naturaleza, funcionan como avatares de otros materiales valiosos, en una compleja interrelación entre vida y muerte, orgánico e inorgánico que, pienso, está en la base de la circulación de animales por todo el globo. Quiero argumentar que la idea del animal como joya o adorno no constituye una simple metáfora, lo cual se puede observar en los efectos materiales de tales existencias no humanas: sus cuerpos son una forma de riqueza en la que se mezclan lo orgánico y lo metálico. Aquí analizo algunos aspectos de esta construcción material y simbólico-conceptual específica del animal, especialmente en lo que se refiere a su circulación por redes comerciales.

Palabras clave: animales, tráfico, joyas, mineral, materialidad.